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Este libro pretende arrojar un poco de luz sobre los asaltos a los ferrocarriles que se dieron en la España peninsular a partir de la información obtenida en archivos y prensa de la época. Lo hace reviviéndolos de mano de sus protagonistas, mujeres y hombres que, casi desde la inauguración de la primera línea en 1848, tuvieron a este nuevo medio de locomoción en el punto de mira de sus ambiciones: es así como nos encontraremos a lo largo de sus páginas con personajes como el Horrible y Gorrinero, la Rubia, Boca de lata, la Pintá, o una banda de salteadores que se llamaban entre ellos por números.
Los relatos de asaltos a ferrocarriles han estado muy arraigados en la cultura popular desde hace ya muchas generaciones. Los hemos revivido una y otra vez de mano del cine y la literatura, en un escenario que pocas veces varía: las extensas llanuras del lejano oeste allá por la segunda mitad del siglo XIX. En raras ocasiones se va más allá, y en ello tiene mucho que ver la creencia común de que este tipo de asaltos es algo propio de América, y raramente ocurre en otros países, que hace aún muy pocos años, en 2017, manifestaba la norteamericana Criminal Justice Review. Esta no es sino una versión simplista de lo que fue todo aquello en realidad, pues este tipo de salteadores actuaron allá donde circulaba un ferrocarril: en lo que es ahora Italia se dio el que podría haber sido el primero de todos, pero ocurrieron también en Latinoamérica, China, Francia, India, el Reino Unido y, como no, en España.
Era gente decidida, dispuesta siempre a todo, decía la prensa de principios del siglo pasado. Gente a la que acompañaremos a lo largo de este libro junto a otros personajes, como periodistas que les siguieron y entrevistaron en prisión, grupos de matuteros compinchados con funcionarios corruptos, renguistas, espías, estafadores, y muchos más que formaron parte también de ese universo tan particular y olvidado como es el de la historia de los salteadores de trenes en España.
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